A estas alturas, seguro que eres uno de los que no ha podido evitar sentir una pequeña euforia o esperanza por el futuro cercano. Los últimos acontecimientos de nuestro alrededor, hacen pensar que esta vez sí, la vuelta a la «nueva normalidad» está cerca. ¿A que mola pensar que por fin podríamos afrontar nuevos tiempos de crecimiento? No sé a vosotros pero a nosotros nos llena de ilusión, fuerza y energía. No es para menos. El pasado cercano nos ha agotado física y mentalmente.

Ese permanente esfuerzo por reinventarnos, subsistir, y en ocasiones seguir adelante sólo y únicamente porque rendirse no era una opción, nos ha cansado, y mucho. Pero también ha agudizado nuestro ingenio y nuestro sentido para afrontar nuevos e ilusionantes caminos.

¿A que ya os vais imaginando de qué os voy a hablar? Sí, que nos hemos contagiado de ese optimismo y damos otro nuevo paso adelante. De nuevo nos embarcamos en apasionantes caminos para consolidar esta locura, nacida en Algeciras en 2012 y en la que no nos gusta tirar la toalla así como así. No sólo necesitábamos darle un impulso a nuestro día a día, si no que también necesitábamos encontrar la manera de optar a un nuevo tipo de crecimiento. Un crecimiento realista, sostenido, pero aventurero. De máxima calidad, pero acorde a los costes del mercado. Diversificado, pero sin aumentar en exceso el riesgo y la exposición. Cuando admites que a nivel facturación y tipología de proyectos has alcanzado tu particular «techo de cristal» pero no te rindes y quieres más, llega el momento de dar un paso adelante. Es entonces cuando, de manera totalmente fortuita, una oportunidad se cruza en tu camino y no dudas en aprovecharla.